El acoso laboral es un problema grave que puede tener un impacto muy significativo en la salud mental de los empleados, así como en el clima laboral y productividad de las empresas. La formación constituye un valioso recurso para aprender a prevenir, identificar y manejar situaciones de acoso y favorecer con ello espacios de trabajo seguros y libres de violencia física, psicológica o sexual.
Amenazas, violencia psicológica, agresiones verbales, burlas, acorralamiento, eliminación de funciones… son algunas de las formas que adopta el acoso laboral, cuyo origen puede darse entre compañeros de trabajo, superiores o incluso clientes.
Un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cuyos resultados fueron publicados el pasado mes de diciembre, revelaba que más de la quinta parte de los trabajadores en el mundo aseguraba haber sufrido acoso laboral de algún tipo, si bien solo algo más de la mitad (54,4%) de las víctimas habían hablado de su experiencia con alguien, y a menudo solo después de haber sufrido más de una modalidad de violencia o acoso.
Desde el punto de vista de la Prevención de Riesgos Laborales (PRL), el acoso se enmarca dentro de los llamados riesgos psicosociales, aquellos que afectan al bienestar emocional y psicológico de las personas en el entorno laboral. Estos riesgos, por el alto impacto que tienen en los trabajadores, deben ser abordados con la misma preocupación y rigor que cualquier otro riesgo higiénico o de seguridad presente en el ámbito laboral.
Cómo diferenciar el acoso del conflicto laboral
La reiteración de la conducta y su permanencia en el tiempo son las características que marcan la diferencia entre el acoso y el conflicto.
El conflicto laboral y el acoso laboral son dos problemas comunes en el lugar de trabajo, pero diferentes en su naturaleza y manejo.
Un conflicto laboral ocurre cuando existe un desacuerdo entre dos o más partes, como un empleado y su supervisor o dos empleados que trabajan juntos. Los conflictos laborales pueden ser causados por una variedad de problemas, como la falta de comunicación, diferencias en las metas y objetivos o problemas de personalidad.
El acoso laboral, por otro lado, es según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) “la exposición a situaciones de violencia psicológica dirigidas de forma reiterada y prolongada en el tiempo, hacia una o más personas por parte de otra/s que actúan frente aquella/s desde una posición de poder (no necesariamente jerárquica)”. La reiteración de la conducta y su permanencia en el tiempo son pues características que marcan la diferencia entre el acoso y el conflicto.
La manera en que se manejan ambos fenómenos también es diferente. Los conflictos laborales se pueden solucionar a través de la mediación, la negociación, el coaching o la terapia de grupo para llegar a un acuerdo mutuo.
El acoso laboral, por su parte, requiere de intervención activa por parte de la dirección de la empresa, que deberá activar el protocolo de actuación diseñado a tal efecto y facilitar los mecanismos que permitan denunciar con garantías estas situaciones, sancionar a los que las propicien y adoptar las medidas correctivas que sean necesarias en cada caso.
Identificación y prevención del acoso
Actuar de manera preventiva frente al acoso laboral resulta esencial para garantizar un ambiente de trabajo saludable y seguro. Una de las formas más efectivas de hacerlo es mediante la creación de una política clara y detallada que defina qué supuestos y conductas constituyen acoso y establezca las consecuencias para aquellos que incurran en ellas. Esta política debe ser fácilmente accesible e ir acompañada de formaciones regulares para asegurar que todos los empleados entiendan los límites y las expectativas.
En este sentido, la formación es una valiosa herramienta porque permite comprender los distintos tipos de acoso que pueden producirse y cómo se debe actuar frente a ellos. También qué factores individuales, organizativos y sociales pueden desencadenarlos, cuáles son sus formas de expresión, qué se consideran conductas de hostigamiento o cuál debe ser la posición empresarial frente a situaciones de acoso en función de la fase en la que se encuentre el conflicto. Así, las actuaciones a emprender dependerán de si las medidas se despliegan de manera preventiva, en las fases iniciales o intermedias del conflicto o, finalmente, para apoyar a las víctimas en las fases finales.
Consciente de la importancia de detectar a tiempo el acoso, proteger a las víctimas e implementar medidas que permitan prevenirlo o gestionarlo, APA ha incluido en su catálogo formativo un curso teórico-práctico titulado Acoso laboral (Psicológico, Sexual y Violencia Física)
La formación es una valiosa herramienta porque permite comprender los distintos tipos de acoso que pueden producirse y cómo se debe actuar frente a ellos.
En él se ofrecen un conjunto de contenidos teóricos, ejercicios, documentación de apoyo, evaluaciones y foros de consulta, pensados para que los trabajadores puedan formarse en esta materia de una manera cómoda, flexible e integral.
Gracias a él, los Servicios de Prevención, propios o ajenos, dispondrán de una herramienta efectiva para ayudar a las empresas a prevenir casos de acoso y a preservar con ello el buen clima laboral y, sobre todo, el bienestar y salud mental de sus equipos.