Uno de los retos a los que se enfrentan los profesionales de los servicios de prevención de riesgos laborales es el desarrollo de competencias específicas a la hora de impulsar el cumplimiento del plan de prevención en el lugar de trabajo, así como coordinar e involucrar a todas las áreas de la compañía en materia de seguridad y salud.

Si bien la sensibilización juega un importante papel, el rol de los coach de PRL o agentes de cambio cobra cada vez mayor relevancia a la hora de pasar a la acción e impulsar cambios positivos que se traduzcan en medidas efectivas en los procesos de transformación dentro de las organizaciones.

La formación de Coaching de PRL diseñada por APA dota a los profesionales de Prevención de los recursos necesarios para liderar una Cultura Preventiva Activa (CPA) en las organizaciones.

Una de las principales tendencias radica en introducir diferentes acciones de coaching especializado en los programas formativos o mediante un coach externo, especializado en proporcionar herramientas de gestión de prevención completamente definidas y, sobre todo, en conducir a sus colaboradores o clientes hacia la toma de decisiones.

¿Cuál es la función del coach de PRL?

El rol del coach de PRL consiste principalmente en ayudar y acompañar a colaboradores o clientes durante un proceso que potencia la capacidad de autodescubrimiento, brindándoles orientación y experiencia e invitándoles a pasa a la acción.

De esta manera, y mediante el uso de sus habilidades, la figura el coach de PRL actúa como catalizador del cambio promoviendo una cultura preventiva activa a través del empoderamiento de los empleados y, en última instancia, contribuyendo a la sostenibilidad operativa de la organización.

¿Qué competencias se necesitan para convertirse en agente de cambio?

Autoconocimiento

La comprensión del coach de sus propias fortalezas, debilidades, valores, creencias y sesgos le permite gestionar sus emociones de manera efectiva, mantener la objetividad y evitar proyectar sus propios prejuicios en sus clientes.

Confianza

Un coach que desarrolla la confianza en sí mismo, -y en sus habilidades y conocimientos-, es capaz de empoderar a sus clientes e infundir una sensación de seguridad que les ayude a superar retos y asumir riesgos.

Perspectiva y comunicación

Asimismo, tiene la capacidad de brindar una perspectiva más amplia a sus clientes, aportándoles mayor claridad en la toma de decisiones. Esto les permitirá, al mismo tiempo, mejorar su comunicación y aprender a escuchar de forma activa para alcanzar sus objetivos.

Liderazgo

Para acompañar a sus clientes en el camino hacia el éxito, el liderazgo debe ser una clave del coach de PRL a la hora de gestionar las expectativas, inspirar y fomentar la responsabilidad, enseñando a las personas no solo a asumir los progresos, sino también la frustración en la toma de decisiones.

Asertividad

El coach de PRL debe desafiar a sus colaboradores o clientes a salir de la zona de confort, alentándoles a superar sus propios límites, utilizando la empatía y el feedback constructivo. El objetivo es que desarrollen la responsabilidad durante procesos de cambio, mientras desarrollan su confianza y resiliencia.

¿Quieres formarte como agente de cambio en PRL?

La propuesta formativa de APA ofrece a los participantes la oportunidad de adquirir conocimientos básicos de Coaching Personal y Ejecutivo y desarrollar, al mismo tiempo, sus habilidades a la hora de comunicar a colaboradores o clientes, alcanzar sus objetivos de forma más eficiente y liderar el cambio.

Al finalizar este programa, todos los asistentes recibirán un Plan de Mejora Personal (PMP), una hoja de ruta individual en el que los asistentes trabajarán sobre áreas de mejora específicas. Esto les permitirá disponer de una herramienta de trabajo muy útil durante el proceso de formación y posteriormente en su rol como Coaches PRL.