Como punto de partida, debemos tener claro por qué a la hora de trabajar con los resultados que proporciona el laboratorio lo correcto es utilizar el LQ.
En la actual revisión de la norma UNE 689, de 2019, para evaluar la exposición se deben considerar tanto valores cuantificables como resultados por debajo del LQ, dado que podrían representar niveles de exposición no medibles. En la edición de 1996 se animaba a tomar como referencia “la mitad del límite de detección”, pero estos métodos pueden llevar a una decisión errónea sobre la conformidad.
Asimismo, cuando se solicita a la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) la acreditación de un ensayo de análisis como los que se efectúan en los laboratorios de APA, el valor más pequeño acreditado es el perteneciente al mínimo de rango. Este valor es precisamente el LQ, ya que es un dato que se puede proporcionar con cierta precisión y exactitud. Lo lógico es guardar el mismo criterio, tanto si el ensayo está acreditado como si no lo está.
¿Qué es el límite de detección (LD)?
El límite de detección de un método analítico es el nivel mínimo que debe tener la sustancia estudiada para ser detectada con certeza razonable. El análisis podría identificar niveles más bajos de la sustancia química, pero en esas cantidades tan ínfimas la probabilidad de obtener un falso positivo puede llegar a ser inaceptable.
Esto ocurre porque todos los métodos analíticos poseen una cierta variación aleatoria en sus resultados que puede llevar a la detección de una pequeña cantidad de una sustancia que en realidad no está presente en la muestra. Es por ello por lo que los resultados muy bajos no se toman en cuenta. Esa línea en la que es difícil distinguir entre los verdaderos positivos y los aleatorios dispersos es lo que se conoce como el límite de detección.
Y ¿por qué es importante el límite de cuantificación (LQ)?
Si bien un laboratorio puede detectar la presencia de un producto químico en niveles superiores al límite de detección, este químico todavía estaría presente en una cantidad muy baja. Por esta razón, el laboratorio no puede asignarle un valor numérico con una incertidumbre aceptable y esto conduce a la necesidad de establecer un límite de cuantificación mayor al límite de detección.
El límite de detección se establece en base a una medida instrumental (absorbancia, fluorescencia, etc.) y es la menor cantidad de un analito cuya señal puede distinguirse de la del ruido. La presencia o no de un determinado analito depende del nivel al que la técnica en su conjunto permita detectarlo con una fiabilidad aceptable.
El problema es definir qué es una “fiabilidad aceptable”. En este punto entra en juego la estadística, y aunque el LD puede ser un valor importante, es más riguroso trabajar con el LQ para el cuál se establece un valor que tiene una incertidumbre estudiada.
Además, es habitual efectuar una mala interpretación de ambos límites. Relacionado con el límite de detección, es habitual pensar que la no detección de un compuesto implica la ausencia de este. Sin embargo, esto es una mala interpretación. El LD como tal, es un límite, más pequeño que el LQ pero un límite.
Veámoslo con un ejemplo…
Supongamos que con la tecnología disponible en un laboratorio y bajo unas condiciones de análisis concretas, para un determinado analito el LD es igual a 2 µg/muestra y el LQ igual a 6 µg/muestra. Como vemos, el LD es 3 veces inferior, pero se establece el valor (2 µg) por debajo del cual el laboratorio no podría ni siquiera confirmar su presencia.
Y, respecto al límite de cuantificación, hay quien interpreta que un resultado del laboratorio que indique: “<LQ” es un valor positivo no cuantificable del analito a analizar. Esta es, también, una interpretación errónea. Cuando el laboratorio proporciona como resultado <LQ, está informando de la menor cantidad de analito que puede determinarse con cierta precisión y exactitud, bajo condiciones experimentales bien definidas. Pero esto no quiere decir que el analito esté presente en la muestra.
En conclusión, ¿cómo debemos leer los resultados LQ y LD?
Por todo lo anteriormente expuesto, debemos tener en cuenta al analizar el informe de análisis de un laboratorio los siguientes aspectos:
- Cuando el resultado está por encima del LQ, el laboratorio proporciona el valor real de la cantidad encontrada del contaminante.
- Si el resultado está entre el LQ y LD, el laboratorio puede reportar como «detectado» aunque con un nivel de confianza inferior al 95%, es decir, con una incertidumbre superior a la aceptada por el laboratorio.
- Si el ensayo da como resultado un nivel por debajo del LD, el laboratorio podría informar, si fuera necesario, que es «inferior al límite de detección», lo cual no significa necesariamente que haya ausencia de contaminante.