Como cada verano, las temperaturas se disparan y las olas de calor se suceden entre sí, haciendo que tanto el público en general como los trabajadores se enfrenten a condiciones climáticas extremas que no solo producen malestar e incomodidad si no que, dependiendo de la carga de trabajo y de las medidas preventivas que apliquemos, pueden desencadenar en accidentes.
En ocasiones estos incidentes pueden llegar a ser fatales, como es el caso de los golpes de calor por estrés térmico. Consciente de los riesgos que supone para las personas trabajadoras, APA ha lanzado un curso sobre medidas de prevención frente a las temperaturas extremas y cómo actuar ante un golpe de calor.
El Decreto-Ley 4/2023 el pasado 11 de mayo, en su disposición final primera, incorporó una serie de modificaciones al real decreto 486/1997 sobre los lugares de trabajo en relación con la prevención de riesgos laborales en episodios de elevadas temperaturas.
El nuevo texto establece la obligatoriedad de tomar medidas adecuadas para la protección de las personas trabajadoras frente a cualquier riesgo relacionado con fenómenos meteorológicos adversos, incluyendo temperaturas extremas, cuando se desarrollen trabajos al aire libre o en los lugares de trabajo que, por la actividad desarrollada, no puedan quedar cerrados.
Además de las temperaturas elevadas, recoge que las medias se establecerán de acuerdo con la evaluación de riesgos, la cual considerará las características de la tarea, tanto los requerimientos energéticos como las medidas de prevención existentes. Asimismo, el área de vigilancia de la salud deberá tener en cuenta el estado biológico conocido de la persona trabajadora.
En caso de que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) o el organismo autonómico competente en esta materia emita un aviso de fenómenos meteorológicos adversos de nivel naranja o rojo y las medidas preventivas no garanticen la protección de las personas trabajadoras, resultará obligatoria la adaptación de las condiciones de trabajo, incluida la reducción o modificación de las horas de desarrollo de la jornada prevista.
Existen cuatro niveles de avisos de peligrosidad, cuya prioridad se establecerá en función de la localización y la temperatura. Cabe destacar que los avisos de AEMET se alinearán con los criterios europeos cuando haya riesgo para las personas.
En caso de no se pueda garantizar la debida protección de la persona trabajadora, las medidas podrán incluir la prohibición de desarrollar determinadas tareas. Está prohibición deberá especificar las horas a las que dichas tareas no pueden ser realizadas.
Esta disposición adicional es aplicable a todos los lugares de trabajo. Incluidos aquellos que el Real Decreto 486/1997 excluía en su artículo 1.2 como son:
- Los medios de transporte utilizados fuera de la empresa o centro de trabajo, así como a los lugares de trabajo situados dentro de los medios de transporte.
- Las obras de construcción temporales o móviles.
- Las industrias de extracción.
- Los buques de pesca.
- Los campos de cultivo, bosques y otros terrenos que formen parte de una empresa o centro de trabajo agrícola o forestal pero que estén situados fuera de la zona edificada de los mismos.
Asimismo, y a nivel personal, es conveniente seguir una serie de recomendaciones para prevenir los golpes de calor teniendo en cuenta que el organismo tarda aproximadamente 7 días en aclimatarse a las condiciones ambientales con requerimientos de trabajo tipo ligero o superior:
- Hidratación continua y a ser posible con contenido en sales para evitar tanto la deshidratación con la perdida de sales a través de sudor.
- Evitar el consumo de alcohol, así como tener hábitos alimenticios saludables.
- Mantenerse informado del sistema de avisos de AEMET.
- Especial vigilancia durante el tiempo de aclimatación a los trabajos especialmente en aquellos de carga metabólica elevada o muy elevada.
- Facilitar las corrientes de aire ya que ayudan a la evaporación del sudor de la piel y por tanto ayudan a disminuir la temperatura interna.
- Vestir con ropa lo más ligera y traspirable posible, respetando siempre las exigencias de seguridad de los trabajos a realizar.
- Organizarse la jornada, a ser posible, de forma que las horas más frescas se realicen las actividades más exigentes desde el punto de vista físico.
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