Cada verano, las temperaturas aumentan y las olas de calor se intensifican, exponiendo a trabajadores y al público a condiciones extremas. Estas condiciones no solo causan malestar e incomodidad, sino que también pueden llevar a accidentes graves, como golpes de calor.
El informe «Heat at work: Implications for safety and health« de la OIT advierte sobre los crecientes riesgos del calor extremo. Esta problemática afecta no solo a las regiones cálidas, sino también a zonas que antes no estaban acostumbradas al calor. Europa y Asia han visto un aumento del 17,3% en la exposición al calor desde 2000, casi el doble del aumento global del 8,8%.
El estrés térmico puede causar desde deshidratación hasta enfermedades graves como insolación o incluso la muerte. Según el informe de la OIT, en 2020, 4.200 trabajadores murieron debido a olas de calor y 231 millones estuvieron expuestos a estas condiciones extremas. El riesgo es particularmente alto en sectores como construcción, agricultura e industria.
Nuevas normativas y perspectivas de prevención laboral
En 2023, el Real Decreto-Ley 4/23 introdujo nuevas medidas para prevenir riesgos laborales en temperaturas extremas. Esta normativa exige medidas específicas para proteger a los trabajadores en entornos al aire libre y en lugares expuestos a fenómenos meteorológicos adversos.
El informe de la OIT subraya la necesidad de implementar medidas de seguridad y salud que puedan prevenir las lesiones relacionadas con el calor excesivo. Esto no solo es una necesidad de derechos humanos y laborales, sino también económica, dado que las economías de ingresos bajos y medios se ven gravemente afectadas por los costos asociados con las lesiones derivadas del estrés térmico.
La formación en PRL es fundamental para enfrentar el estrés térmico y otros riesgos asociados al cambio climático. La capacitación adecuada permite a los trabajadores y Servicios de Prevención:
- Reconocer los síntomas tempranos del estrés térmico y actuar antes de que se conviertan en situaciones críticas.
- Implementar medidas preventivas, como pausas regulares, hidratación constante y el uso de ropa adecuada, que pueden reducir significativamente el riesgo de enfermedades relacionadas con el calor.
- Crear un entorno de trabajo más seguro, adaptando las condiciones laborales a las realidades climáticas actuales, lo que incluye la modificación de horarios para evitar las horas de mayor calor y la instalación de sistemas de ventilación adecuados.
- Conocer las normativas vigentes y estar al tanto de las mejores prácticas internacionales, como las señaladas en el informe de la OIT, para garantizar el cumplimiento de las regulaciones y estándares de seguridad.
- Hidratación continua, idealmente con soluciones salinas.
- Evitar el consumo de alcohol y mantener hábitos alimenticios saludables.
- Mantenerse informado a través del sistema de avisos de AEMET.
- Prestar especial vigilancia durante la aclimatación a trabajos intensos.
- Facilitar corrientes de aire para mejorar la evaporación del sudor.
- Usar ropa ligera y transpirable, respetando siempre las exigencias de seguridad.
- Organizar la jornada laboral para realizar las tareas más exigentes en las horas más frescas.